Mis mejores fotos de 2015

Se nos acaba otro año y ésta es época de repasos, de valoraciones y de rankings. Es éste el momento ideal para volver la vista atrás y recordar lo realizado en los últimos doce meses. Han sido muchos eventos, viajes, instantes únicos, imágenes curiosas en las que a uno le gusta tener su cámara a mano y disparar.

Con mayor o menor acierto, estas son las fotografías que más me gustan de este 2015.

El primer gran evento fue la Pasión Viviente de Balmaseda. Este año tuve la oportunidad de realizar fotografías para la organización y fue una magnífica experiencia, donde disfruté y aprendí muchísimo.

Una escapada a tierras gallegas me brindó unos días excelentes.  Una noche, la coqueta Plaza de María Pita, posó así para mí.

Las manifestaciones suelen dejar imágenes muy curiosas. A mí, en la del día 1 de mayo, me llamó mucho la atención este hombre emocionado al paso de sus camaradas.

Un accidente nunca es una buena noticia, y menos si sus consecuencias se alargan tanto en el tiempo como es el caso del Telamon. Sin embargo, este viejo carguero, se ha convertido en modelo de numerosos fotógrafos. No podía dejar pasar la oportunidad de estar frente a él.

Un desierto siempre es un lugar digno de contemplar con detenimiento, sus formas, sus colores, su inmensidad. En éste, un camino parecía llevar al infinito.

He de reconocer que lo que más me gusta de los aviones, es subirme a ellos y viajar a lugares maravillosos (como a la mayoría), pero en ocasiones, merece la pena alzar la vista y observar a esos enormes pájaros de hierro sobre nuestras cabezas y tan cerca de nuestros tejados.

Julio tiene una cita ineludible para los amantes del deporte y la naturaleza, la madre de todas las maratones de montaña, la Galarleiz. En los montes de Enkarterri se juntan cientos de personas, bien compitiendo, organizando, dando aliento a los corredores o, como yo, haciendo fotos.

Además, a esta imagen siempre le guardaré un gran recuerdo, pues con ella he logrado el tercer premio en el concurso de fotografía promovido por la organización de la carrera.

El verano también es tiempo de regatas y todos los años las mejores trainera rinden pleitesía a la bahía de Castro Urdiales. Muchos aficionados se congregan en la orilla para observar el bogar de los remeros, sin embargo siempre hay alguien a quien no parece agradarle la visita de dichas embarcaciones, como es el caso de esta bañista que muestra su más absoluta indiferencia.

Pero no todo va a ser deporte en época estival. Llegan las fiestas de muchos pueblos y ciudades.

Un plan más relajado es disfrutar de bellos atardeceres en nuestras costas o de noches despejadas a la luz de la imponente luna.

Un simple paseo por lugares vistos una y otra vez, de repente se pueden convertir en bellas estampas.

En septiembre tuve la ocasión de hacer fotos a pie de campo en un partido de primera división, amistoso, sí, pero de primera división. Eibar y Sporting de Gijón me dieron momentos como éste.

Sí habéis llegado hasta aquí (ya falta poco) habréis reparado en que me encanta hacer fotos de noche. Creo que cuando cae la luz, se crea una atmósfera diferente, un aura especial, mayor aún si las estrellas cubren el cielo.

Llega el otoño, las hojas de los árboles se tornan rojizas y los adoquines de las calles se empapan con la lluvia, pero nada impide que la vida siga y la gente disfrute de su día a día.

La Navidad pone el punto y final al año. esa época que enamora a unos y otros detestan. Días en que las calles se engalanan con cientos de lucecitas y los ojos de los niños y niñas se iluminan de forma especial.

 

¡Éste ha sido mi año fotográfico! Si habéis disfrutado viendo las imágenes una cuarta parte de lo que yo haciéndolas, me doy por más que satisfecho.

Un abrazo y Feliz 2016.